Cuando estábamos embarazados (lo digo así porque el embarazo es un asunto de pareja y no sólo de la mamá), todo mundo nos aconsejaba <<Duerman mucho ahora que pueden>> y siempre pensábamos ni que el el sueño fuera acumulable, es decir, no nos veía diciendo <<Otra noche sin dormir, bueno no hay problema, aun tengo parte de las reservas de sueño que juntamos en febrero>> más bien el consejo que deberían darle siempre a los futuros papás sería algo así como <<Vayan aprendiendo a funcionar con pocas horas de sueño>>, o <<¿Ya empezaron su “Sleep training”?>> eso sí que tendría más lógica.
Cuando la princesa nació, ella dormía bien (considerando que era una recién nacida), se despertaba cada 3 o 4 horas a comer y seguía durmiendo, pero nosotros “totalmente primerizos” habíamos perdido el sueño las primeras noches, nos turnábamos para verla respirar. Después de escuchar tantos cuentos de terror sobre la muerte de cuna no queríamos que algo así pasará con nuestra bebé. Poco a poco fuimos bajándole a nuestras ansiedades y disfrutando de los momentos en los que nos permitía dormir.
Llegando a finales del primer mes, la bebé empezó a dormir toda la noche, dormía de 10 a 6 y sólo podíamos pensar “nos sacamos la lotería de los bebés”. Por esas fechas nos encontramos a otros papás primerizos del mismo curso psicoprofiláctico al que habíamos ido, su bebé era sólo un día más grande que la nuestra y quedaron sorprendidos cuando dijimos que la bebé dormía la noche entera de un tirón, la otra mamá pregunto angustiada <<¿Pero es de lactancia?>> cuando respondí afirmativamente, pude ver una cara de angustia y me apresuré a responder <<ah bueno pero se duerme tarde, acuérdate que es el dormir es un proceso no tenemos que cantar victoria tan pronto>> aunque en ese momento ni yo me lo creía, solamente lo comenté para tranquilizarla y porque no me quería ver convertida en ese tipo de mamá que tanto odio, ya saben, las “mi hijito ya lo hace, ¿a poco el tuyo no?”.
Llegando al final de los dos meses, de golpe cambio sus hábitos de sueño. De dormir tantas horas, empezó a despertar y pedir atención cada par de horas. Papá Geek me preguntaba preocupado <<Ahora ¿qué le pasa? ¿Estará bien?>> , yo se lo atribuí a la famosa “Crisis de los tres meses” y que todo era parte de su desarrollo normal. Me sentí muy aliviada cuando leyendo el libro de Rosa Jove “Dormir sin lagrimas” , decía (cito textualmente) (…)Muchos padres creen que su hijo ya siempre será así (dormirá por muchas horas) , pero hacia los tres meses el sueño se aligerará(…) cuando leí esto me vi obligada a leerlo en voz alta, de alguna manera saber que lo que sucede es “normal” nos dio tranquilidad.
En esta última semana, los despertares nocturnos han disminuido considerablemente, parece como que empieza a sentir sueño llegándose la “hora de dormir”, pero no significa que dormirá ahora sí para siempre las noches completas (ni siquiera yo lo hago), a continuación escribiré algunas cosas que nos han facilitado este aprendizaje:
- Ser conscientes como papás que el sueño es algo gradual y llegará el día que duerma tranquila, es decir, no desesperarnos ni confiarnos sí un día duerme más.
- Reconocer que los adultos también tenemos mini despertares, sólo que no necesitamos ayuda para volver a dormir, algún día ella también podrá gestionar estos despertares.
- Colecho, nosotros hacemos colecho pero no en la misma cama, ella tiene su cunita pegada a nuestra cama y así podemos reaccionar mas rápido si llega a necesitarnos de madrugada. Pareciera que estamos sincronizadas, cuando se despierta, termino por despertarme también aún sin que ella llore, supongo que si estuviera en una cuna aparte no podría darme cuenta tan rápido que ha despertado. Si la noto inquieta le ofrezco el pecho y si no esta inquieta le doy su espacio, en muchas ocasiones sólo se estira y vuelve a dormir (esto es parte de dejarla gestionar sola su sueño).
- No es una novedad que los bebés se duermen con los movimientos repetitivos, como acunarlos en brazos o con la ayuda de una mecedora. hace tiempo se hizo viral un vídeo que mostraba la técnica de pasar un trapito de manera constante sobre la carita del bebé. Para dormir a mi bebé hago círculos con mi dedo en su frente o palmaditas suaves en su pecho, esta última técnica la aprendí de una asistente en un grupo de maternal, los niños tenían hora de siesta y de esta manera dormíamos a todos muy rápido.
- El ruido blanco y los sonidos de latidos de corazón se han convertido en nuestros aliados a la hora de dormir, incluso nos relajan también a nosotros.
- Un baño tibio y un masaje antes de dormir nos funcionan perfecto después de días pesados, aunque muchos hablan de armar una rutina rígida para dormir que incluya estos elementos, hemos pensado que es mejor tener una rutina flexible porque es posible que al estar tan acostumbrada a su baño siempre a la misma hora, si una noche no podemos hacerlo podría ponerse un poco irritable.
- Canciones de cuna, esta bien, tengo que admitir que las canciones de cuna (al menos con mi bebé) no funcionan para dormir, pero le sigo cantando porque me parece una forma muy linda para fortalecer el vinculo mamá-bebé.