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Dormir a nuestra hija temprano nos salvo a todos

Antes de convertirnos en padres, veíamos a los hijos de nuestros amigos en las fiestas y reuniones de noche. En ese momento nos dábamos cuenta como algunos niños morían de sueño antes de las nueve de la noche y otros niños que podían aguantar hasta la madrugada sin dormirse y nosotros quedábamos impresionados. Y así cuando la princesa nació preferimos que fuera una niña que durmiera tarde (porque imaginábamos que así seguiríamos con nuestra vida “de antes”, ya saben, “seguir saliendo de noche”).

Durante los primeros 10 meses de vida dejamos que ella durmiera casi a la misma hora que nosotros, en ocasiones más allá de media noche. Por una parte, el no tener una rutina y un horario para acostarse parecía ser muy cómodo, es decir, podíamos salir a cenar después del trabajo o hacer las compras sin preocuparnos por la hora.

De los 6 a los 10 meses nuestra niña dejó de crecer y se quedo estancada en 65 cm por varios meses en un periodo que se supone los niños tienen un ritmo acelerado de crecimiento.

Entre las recomendaciones que nos hizo la especialista que lleva su caso (la Dra. Mafer) fue comenzar a dormirla temprano (alrededor de las 8:00 pm) pero, ¿qué tiene que ver el horario en el que duerme con su crecimiento? Se ha observado que la hormona de crecimiento tiene sus picos de actividad después del anochecer y por ello es importante que el anochecer encuentre a los niños dormidos para que esta hormona pueda trabajar de la forma más eficiente, también existen estudios como el de la Universidad de Helsinki que hablan de una estrecha relación entre la calidad del sueño y el desarrollo neurológico y endocrino.

Inmediatamente después de salir de nuestra primer consulta comenzamos con las recomendaciones. La forma que encontramos para instaurar una hora de dormir fue apoyarnos con una rutina de sueño, la cual comenzaba cenando siempre a las 6:30 pm (antes me hubiera parecido una locura cenar tan temprano), de ahí sigue un baño con agua tibia, vestirse con su pijama y pañal de noche, leemos un cuento (ella acostada en su puff de dinosaurio) y un poco de leche de mami para dormir.

Siendo sinceros no pensábamos que fuéramos a tener resultados tan pronto, a los días ella comenzó a pedirnos su rutina y a sentir sueño a la hora que le tocaría dormir.

Acostarla temprano fue una ayuda enorme para nuestra salud mental. Ni siquiera nos habíamos percatado de lo cansados que estábamos de nuestra rutina anterior; que ella durmiera más temprano nos permitió volver a ver series por la noche, pedir cena a domicilio o simplemente tener un tiempo para nosotros solos.

Después de un par de meses comenzamos a recuperar poco a poco la talla y a sentirnos más cómodos con la nueva rutina instaurada. Cuando miro en retrospectiva, no se cómo sobrevivimos aquellos primeros meses, definitivamente los bebés necesitan dormir temprano y respetar sus horas de sueño fue nuestro aprendizaje de padres primerizos.

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¿Por qué no he llevado a mi bebé al cine?

Antes de que la princesa llegará a nuestras vidas el papá geek y yo eramos realmente amantes del cine. Nuestra idea de cita ideal era hacer una hora de fila para un estreno de media noche (sí, aun con lugares numerados) para disfrutar de las películas antes que nadie, cenar hot dogs y nachos parecía un sueño, pero todo esto cambio a la par de que nos aventuramos en la paternidad.

Nuestra última película en el cine antes de ser padres fue “Solo: A star War story” , tenía ya 40 semanas de embarazo y les tengo que confesar que dormí más de la mitad de la película, cinco días después nació nuestra niña y con ella nuestras salidas al cine terminaron. Cuando comento con otros padres que aún no la hemos llevado al cine en algunos casos comentan: “¿pero lo han intentado? es que algunos niños ni lloran y te dejan ver toda la pelicula” “mi niña fue a los tres meses y estuvo muy tranquilita, se durmió todo el tiempo”.

Pero la verdad es que mi niña no ha ido al cine porque tenga miedo a que llore y moleste a los otros espectadores, claro que los demás son importantes, pero lo hago por ella.

Son un par de puntos, los que nos han hecho tomar la decisión de esperar un poco antes de compartir la experiencia con ella:

Los niños menores de dos años no deben ser expuestos a pantallas

La Academia Americana de Pediatría (AAP) lo deja muy claro: Los menores de dos años no deben estar expuestos a pantallas (televisión, tablets, celulares y obviamente salas de cine), los menores de 18 meses ni siquiera prestan atención al programa en si, por capacidades cognitivas no son capaces de seguir la secuencia y los diálogos del programa. Además de que la exposición prolongada a estos aparatos tiene repercusiones en su desarrollo cognitivo, como en la atención y la creatividad.

Nuestra intención de crianza era cero pantallas y durante los primeros meses fuimos muy estrictos con eso, de tal modo que ni siquiera veíamos nuestras series de superheroes si ella se encontraba despierta, poco a poco le hemos permitido un poco interactuar con un que otro programa para niños previamente seleccionado por nosotros. Cuando cumplió sus 18 meses ella mostró por si sola el interés y aunque preferimos pase su tiempo en actividades creativas y de exterior, le hemos permitido ver un episodio al día de alguna caricatura.

Un episodio de la mayoría de las caricaturas dura 25 minutos a lo mucho, una película dura generalmente 1 hora y medio o más, eso es mucho más de lo recomendado incluso para niños de entre 2 y 5 años.

El sonido sobrepasa los decibeles permitidos en niños pequeños

El sonido tiene como unidad de medida los decibeles (Db) y un bebé no debe exponerse a sonidos mayores a 80 Db y el sonido de una película puede llegar a los 120 Db, exponer a un bebé o niño pequeño a ruidos fuertes durante periodos prolongados trae repercusiones tanto físicas (dañando directamente los tímpanos) como psicológicas (estrés, irritabilidad, etc.) la recomendación es no llevar a menores de tres años al cine y con ello evitar exponerlos a sonidos fuertes.

19 meses después de convertirnos en padres fuimos a ver una película en el cine, este rencuentro con las salas de cine me hizo confirmar nuestra decisión de esperar hasta después de los tres años; sin ser una sala especial el ruido era tan fuerte que sentía vibrar mi asiento. ¿Extrañamos el cine? claro que sí, quizá ya no sintamos que esta muy pequeña para quedarse con alguien mientras salimos y eventualmente salgamos como antes, pero aunque me muero por ir con ella a los estrenos de Disney se que podemos esperar un poco más.

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Viajando en avión con bebés y niños pequeños

Cuando la princesa tenía 3 meses hicimos nuestro primer vuelo (¡¡nosotras dos solas!! porque siempre he sido muy atrevida para estas cosas) en esa ocasión escribí nuestra experiencia y la pueden leer aquí.

Después de ese primer vuelo, hemos tenido algunos otros y nos hemos hecho casi unas expertas en viajes (y digo casi, porque si algo he aprendido en este tiempo es que los niños son impredecibles). En la entrada de hoy quiero enumerar algunos Tips para viajar con bebés o Toddlers:

1. Olviden la regla de 100 ml

La comida de bebés queda exenta de la regla de no llevar líquidos mayores a 100 ml en el equipaje de mano y eso significa que podemos llevar agua, papillas y otros snacks para que nuestro peque coma durante el vuelo y hacer más placentero el viaje para todos.

2. Snacks y más Snacks

Lleva más snacks de los que podría requerir. Yo suelo llevar pancakes de plátano, huevo, avena y alguna otra verdura (zanahoria, betabel, espinacas, etc). Además de galletitas caseras, puff comerciales como los de Happy Baby o papillas en bolsita , existe más de una opción saludable y confiable en el mercado, sólo nos toca leer etiquetas.

3. Prepara actividades entretenidas

Piensa que no sólo tendrán que esperar en las horas de vuelo, también podría aburrirse en la sala de espera o comiendo en restaurantes. Procura al menos tener un juguete nuevo (no tiene que ser costoso, el efecto novedad será nuestro aliado en el momento que más lo necesitemos). Te muestro lo que contenían las bolsitas de actividades que preparé la última vez para la princesa:

4. Vigilar los horarios

En medida que sea posible intenta que sus horarios de sueño coincidan con el vuelo, los sonidos del avión son un ruido blanco natural que en la mayoría de los casos termina por dormir al bebé y más cuando precisamente coincide con sus horarios de sueño; trata de sacar provecho a eso. En un día de moverse entre aeropuertos y vuelos, procura que cumplan con sus siestas o por lo menos momentos tranquilos de descanso.

5. Anticípale que pasará

Explícale que viajarán y que tendrán que estar en un avión, muéstrale imágenes de aviones y cuando pase un avión en el cielo señálenlo. Incluso con niños muy pequeños saber qué sucederá les da tranquilidad.

6. Lleva un botiquín básico en la pañalera durante el vuelo

En nuestro último vuelo la princesa comenzó a sentirse mal y por suerte llevaba mi botiquín conmigo, así que pude medir su temperatura y enterarme que tenía fiebre y tratarla en ese momento con la medicina que su pediatra le ha autorizado para esos casos. ¡No quiero imaginar qué hubiera pasado en casi 3 horas de vuelo sin poder atender su fiebre!

Viajar con niños pequeños es una incertidumbre y, como todo en la maternidad, cuando parece que tenemos todas las respuestas nos cambian las preguntas.

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10 regalos ideales para bebés de 1 año

Por fin llegó el primer cumpleaños de la princesa y yo estuve investigando ¿qué regalos son los más aptos para continuar promoviendo su desarrollo? Quiero compartir con ustedes los objetos que me parecieron interesantes y útiles para bebés de un año.

Los enlaces pertenecen al programa de Amazon afiliados, es decir, comprando con ellos me llega un pequeño porcentaje y a ti no te cuesta más.

1- Rompecabezas de Resaque o de una sola pieza

Le ayudan a desarrollar su coordinación ojo-mano, además de promover la inteligencia espacial. Para ellos implica todo un reto, al principio los niños no prestan la mayor atención a la imagen que forman los rompecabezas, por eso y entre otras cosas es preferible empezar con este tipo de materiales.

2- Libros para niños

Ya sean del tipo Quiet book ,libros de cartón grueso, plástico o tela todo niño debe tener un espacio de lectura. Yo empecé a notar como con 11 meses la princesa comenzó a mostrar interés cuando le leímos cuentos, incluso ha comenzado a señalar a los animales en sus libros. Evita comprar libros de personajes de caricaturas o películas infantiles, esos libros llegaran solos (tenlo por seguro).

3- Bloques de construcción

Los bloques tienen un sinnúmero de beneficios para los niños; favorecen el pensamiento lógico, la creatividad, la resolución de conflictos, estimulan la motricidad fina, además de que los ayudan a entender conceptos básicos matemáticos como volumen, tamaño, seriación, conteo, entre otros.
Existen bloques de varios materiales: tela, suaves o rígidos, de madera, etc. La elección de los bloques perfectos dependerá de los intereses del niño.

4- Juguetes para desplazarse

Los primeros pasos suelen aparecer alrededor del primer cumpleaños (meses antes o después), los juguetes para empujar o jalar estimulan el desarrollo de la marcha y de algunas áreas del desarrollo motor grueso. Actualmente están desaconsejado el uso de andaderas pero podemos optar por juguetes para desplazarse en los que el niño no se vea forzado a adquirir ninguna posición, como los de arrastre o carretillas para empujar.

5- Crayones de bebé

Los bebés aún no desarrollan la pinza fina al tomar los crayones, por lo que actualmente podemos encontrar una variedad considerable de ceras generalmente no tóxicas y pensadas para ser manipuladas por los más pequeños. Algunos son simplemente más gruesos y otros tienen formas que permiten tomarlos con mayor facilidad.

6- Laberintos

Este tipo de juguetes tiene piezas de madera que deben moverse de un lado a otro a través de un camino de alambre no lineal, los laberintos desarrollan la coordinación ojo-mano.

7- Instrumentos musicales sencillos

Panderos, maracas, tambores, claves, castañuelas, etc. son algunos de los instrumentos que pueden ser fácilmente manipulados por los bebés y niños pequeños. No pretendemos que se conviertan en músicos expertos, más bien que nazca un interés hacia la música y comiencen a seguir ritmos.

Melissa & Doug ¡Banda en una caja! (10 piezas)

8- Kit de limpieza a su medida

Los juegos de imitación permiten al niño desarrollar habilidades como la creatividad y destrezas manuales, el sentir la responsabilidad y control de su propio espacio fomenta su autoestima y hábitos de higiene. Nuevamente no pretendemos que realmente dejen limpio todo, es muy probable que suceda lo contrario y todo quede incluso más sucio, después podremos limpiar nosotros, ahora sólo nos toca darles libertad para explorar y jugar.

9- Picafuerte

Este juguete corresponde una serie de bolas o palos en una caja de madera con agujeros a los que el niño debe golpear con un martillo. Este juego estimula la coordinación ojo-mano, así como la relación causa-efecto. El picafuerte es un juego clásico que además de ser entretenido para los pequeños desarrolla muchas habilidades.

10- Torre de aprendizaje

Este material Montessori corresponde una banca con seguridad que permite a los niños involucrarse en las actividades familiares a la misma altura de manera más segura. Con la torre de aprendizaje pueden ayudar a mamá en la cocina o les facilita asear sus manos en el baño antes de comer. En Internet hay varias páginas que muestran cómo puedes elaborar tu propia torre incluso modificando bancos simples.

Espero que mi lista de materiales ideales para niños de un año (incluso un poco mayores) te resulte útil, no es una lista de objetos que tu niño TIENE OBLIGADAMENTE QUE TENER, no, esa no es la intención de esta publicación. Lo que pretendo es mostrarte alternativas que busquen promover su desarrollo y ustedes como padres escojan los materiales que más se adapten a la necesidades específicas de su niño.

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Nuestra historia con el reflujo

El reflujo gastroesofágico es un padecimiento común en los bebés, esto es cuando los bebés regurgitan la leche que han tomado. Todos los pequeñines sacan un poco de leche de vez en cuando y es totalmente normal, aunque algunos lo hacen en mayor medida que otros.

 


Esto lo tenía claro cuando la princesa nació, y verlo con tanta naturalidad hizo que tardáramos un poco en tener un diagnóstico.  Desde que nació sacaba un poco de leche después de cada toma y yo pensaba << Es normal, a todos los bebés les pasa>>, en un principio se lo atribuimos a nuestra inexperiencia para sacar gases, pero aun cuando mejoramos en nuestra técnica estas expulsiones de leche seguían sucediendo. 

A mediados del primer mes tuvo un vómito más explosivo y en esta ocasión incluso salió por su nariz. Ésta fue la primera vez que prendimos nuestras alarmas, pero decidimos tranquilizarnos y mantenerla en observación constante (no les miento, hice una bitácora en la que anotaba la hora de las tomas, lo que yo comía y si ella presentaba vómitos). Aun cuando seguía sacando leche después de cada toma, no volvió a tener un vómito tan exagerado hasta un día antes de su consulta del primer mes.

Era un sábado y yo estaba sola con la bebé (de las primeras veces que nos quedábamos solas) y mientras las cambiaba tuvo otra vez un vómito explosivo pero esta vez note un color amarillo. Lo consultamos con su doctora y ella lo vio como un episodio aislado, es decir, la niña seguía creciendo y no presentaba llantos incontrolables, descartando así un problema grave. Aun así nos pidió mantenerla en constante observación.

Todo continuó con normalidad (o lo que yo pensaba debía ser lo “normal”)  hasta que una noche, mientras la acostaba, tuvo otro vómito explosivo y en apenas un par de minutos otro más pero de forma violenta. Preocupados, llamamos a la pediatra, eran las 12:00 am y nos dijo que aún cuando casi cumplía los dos meses (literalmente le faltaban dos días) sospechaba del píloro y pidió que de manera urgente le hiciéramos una serie gastroduodenal. Entonces nos dio la opción de internarla o esperar esa noche en casa, decidimos esperar en casa con el entendido que si volvía a vomitar correríamos a urgencias sin consultarle nada. Durante la llamada no me explicó mucho sobre lo que sus sospechas significaban y tuve que recurrir a San Google (NO LO HAGAN NUNCA), quedé aterrada con la idea de que podría terminar en una sala de operación.

Llamamos al hospital en ese instante y nos hicieron una cita para el día siguiente a las 9 am, el detalle es que nos pedían la bebé tuviera un ayuno de seis horas. Ella ya se había dormido y en ese entonces dormía de corrido de 10pm y despertaba a las 6 am, así que para que no pasara tanto tiempo sin comer la desperté a las 3 am. Comió por apenas un par de segundo y volvió a quedarse dormida y aunque le insistía no logré que siguiera comiendo. Despertó a su hora habitual, esperando prenderse al pecho como siempre lo hacia y ahí comenzó el martirio, ella queriendo comer y yo sintiéndome horrible por no poder atender a su necesidad.

Después la larga espera llegamos al hospital y realizaron la serie, es una radiografía en la que se examina el esófago, estómago, etc. utilizando un líquido de contraste. Pasaron apenas segundos cuando la bebé ya estaba devolviendo todo el líquido. 

El estudio nos ayudó a descartar problemas con el píloro y esa misma mañana se le diagnosticó un reflujo grado tres. Considerando que existen cuatro niveles de reflujo, se trataba de uno alto.  Se le controló con medicación y, además de cambiar ciertas acciones como dormirla en una almohada antireflujo y mantenerla en vertical mínimo 30 minutos después de haber comido (una verdadera pesadilla en las tomas nocturnas), a los 15 días pudimos ver resultados, nuestra niña dejó de vomitar y fue increíble darnos cuenta que lo que siempre vimos como “normal” simplemente no lo era. 

A los siete meses hicimos pruebas dejando de darle el medicamento y lo había superado al 100% .  No imaginan mi alegría cada que la escucho eructar y no expulsa leche.  Quisiera aclarar que nunca dejamos la lactancia, no hace falta dejar el pecho para cambiar a una leche hidrolizada.

Hoy quise platicar mi experiencia con el reflujo de la princesa, porque por ahí puede haber unos padres primerizos pasando por lo que nosotros vivimos.  A mi me hubiera reconfortado saber que es un padecimiento que se supera sin grandes complicaciones en la mayoría de los casos y que el mundo no termina una vez le haces frente a ese diagnóstico. También me hubiera encantado que alguien me hubiera abierto los ojos en aquellos primeros meses, algunas cosas “extrañas” pueden ser normales con los bebés pero debemos tener cuidado de normalizar todo lo que pasa con nuestros hijos. 

 

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Árbol de navidad de fieltro

Antes de que acabe la temporada navideña quería mostrarles los resultados del árbol de fieltro que hice para la princesa. Durante los días previos a navidad estuve realizando el Tag #laprimeranavidaddelbebé la princesa y yo estuvimos haciendo diferentes actividades, un día nos tocó hacer un árbol de navidad de fieltro para jugar a pegar y despegar figuras navideñas. 

Me inspire en la versión de Cherie Bobbins ella colocó botones para que el bebé cuelgue los adornos, como ex-maestra me pareció que se le puede sacar mayor provecho a las bondades del fieltro utilizándolo como franelográfo, es decir, al poner en la parte de atrás de las figuras un pedazo de velcro rugoso y de esta manera se puede pegar en cualquier parte del árbol de fieltro porque el fieltro actúa como si fuera el otro lado del velcro. 

Lo único que hacemos es cortar dos medios círculos de fieltro y coserlos y pegarlos uno sobre el otro. Con la maquina de coser agregue algunas costuras en zigzag para simular las ramas y guirnaldas del árbol (use por fin una de esas puntadas decorativas que tiene la maquina de coser). 

Las figuras que utilice ya las tenía en casa y únicamente les puse el velcro, también puse velcro en una de las orillas del medio círculo para que se pueda cerrar en forma de cono y  de esta forma poder pararlo. 

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Volar en avión con un bebé de 3 meses

Mi familia vive a casi 2,000 km de distancia y yo procuro visitarla un par de veces al año. Me moría de nervios de pensar en el primer viaje de avión con la bebé y  por fin con tres meses recién cumplidos ha sucedido.

Comenzamos a planear el viaje en marzo, yo tenía al rededor de seis meses de embarazo y ahí apareció mi primer duda ¿puedo comprar un viaje para un bebé no nacido? Pregunte en dos de las aerolíneas de mi país y ambas tenían la misma respuesta: compra el boleto, y ya que el bebé haya nacido llamas a la aerolínea para agregar un infante (este es el nombre que reciben los menores de dos años en las aerolíneas). La compañía de más bajo costo me pedía pagar para poder viajar con mi bebé (y aún así seguía sin tener su propio asiento y sin derecho a equipaje) también sería necesario adquirir una maleta para documentar porque la tarifa más básica no la incluye. Sacando cuentas no salía tan barato y por eso me fui con quienes su boleto ya contemplaba todo eso.

A los días que nació mi bebé llame y dije “quiero incluir un infante en mi reservación” en cuestión de minutos ya tenía un nuevo correo de confirmación que ahora incluía el nombre de mi bebé.

Semanas antes de mi vuelo envíe por correo terrestre una caja con mi ropa y algunas otras cosas bultosas como pañales; el correo tradicional aunque es tardado es muy económico. Los bebés no tienen derecho a equipaje  y de esta manera pude ahorrar algo de espacio en la maleta que incluía el boleto. Obviamente esto no es opción si no se viaja a un lugar donde alguien de confianza pueda recibir las cajas y tal vez tenerlas guardadas algunos días.

El día del vuelo ambas íbamos vestidas con ropa cómoda. Yo llevaba una blusa de lactancia para estar más preparada para los momentos en que le tocara comer, aún así llevaba algunas onzas de leche extraídas por si acaso el hambre voraz se venía en un momento en el que no podíamos quedarnos sentadas. Como viajera frecuente estaba acostumbrada al límite de 100 ml en líquidos, pero los alimentos de bebés no se rigen bajo esta norma, así que puedes llevar una botella con la cantidad de leche que ocuparía un bebé durante su viaje. Es decir, puedes viajar con 30o ml de leche o más sin problemas, siempre y cuando el bebé este viajando contigo.

Para cargar a mi bebé, el fular fue mi mejor amigo, así podía llevar las manos libres para arrastrar la maleta y ella estaba contenta y siempre a mi lado.

La recomendación principal durante el vuelo sería: tener paciencia, los bebés son impredecibles. Yo me hice aliada del chupete durante el despegue y aterrizaje, aunque darle el pecho hubiera funcionado también para mantenerla tranquila y evitar que se le taparan los oídos.

Después de tanta expectativa, sobrevivimos a su primer viaje en avión. Durmió casi todo el camino, y aunque yo iba preparada con algunos juguetes (hace muy poco le empezaron a interesar), videos y canciones, al final lo único que necesitó fueron mis brazos.

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El embarazo debería durar 12 meses: el cuarto trimestre

Hemos sobrevivido al cuarto trimestre, sí la princesa ya tiene tres meses (de hecho falta poco para que llegue a los cuatro meses). Existe la teoría de que los bebés humanos nacen antes de tiempo y que nuestra gestación debería ser 12 y no de 9 meses, pero si llegaran a un término completo se dificultaría mucho el parto.

En el libro “El bebé más feliz del barrio” Harvey Karp expone esta idea, si no fuera por este nacimiento prematuro nuestra especie no podría desarrollar un cerebro tan grande y fabuloso como el que tenemos.

Sobrevivir al cuarto trimestre es un gran logro en el camino de la maternidad, ya no tienes a un recién nacido en casa y has pasado el periodo de mayor riesgo para la muerte de cuna (que no quiere decir que ya estemos fuera de peligro), empieza a tener mayor movilidad al estar acostado de espalda al suelo hace intentos por voltearse.

Después de vivir esta etapa con mi propio bebé puedo entender a Karp, definitivamente sí existe un último trimestre fuera del vientre materno y nuestros pequeñines sí que extrañan estar dentro de mami, en los primeros días y meses la princesa quería estar todo el tiempo sobre mí, de cara al pecho ahora se ha percatado que en la casa hay cuadros, que en las tiendas hay cosas de colores, incluso que sí no duerme en el coche puede ver los espectaculares pasar por la ventana. Un recién nacido nace desconectado del mundo y gradualmente comienza a percatarse que no está solo para convertirse en un ser sociable.

Cuando los bebés nacen únicamente requieren se les auxilie con sus necesidades básicas: lloran cuando tienen hambre, necesitan cambio de pañal, sueño, etc. Un día mi bebé empezó a llorar porque quería verme frente a ella, ese día me di cuenta que estaba dejando atrás la etapa de recién nacida.

La maternidad es una serie sentimientos encontrados; cuando era una bebé pequeña soñaba con que llegará el día que pudiera tranquilizarla cantando o hablándole, ahora añoro ese tiempo en el que su momento especial era sentirme piel con piel. Cada día es un aprendizaje, es un paso a una nueva etapa y es dejar atrás otras.

No trates de adelantar etapas, trata de disfrutar cada una de ellas, guarda cada momento en tu mente y en tu corazón.

 

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Estimulación visual: tarjetas de contraste

La vista es el sentido menos desarrollado en los bebés recién nacidos, forma parte de su proceso de adaptación al mundo y lleva una maduración gradual. A diferencia de lo que los vistosos juguetes para bebés nos hacen pensar, a los recién nacidos no les llaman la atención los diferentes colores o formas, sino más bien el alto contraste, es por eso que perciben mejor las imágenes en blanco y negro.

Las tarjetas con dibujos en contraste blanco y negro son un excelente material para trabajar la estimulación visual en bebés menores de cuatro meses. En internet basta con googlear  “tarjetas de estimulación visual blanco y negro” para encontrar muchísimos materiales listos para imprimir.
Para trabajar con mi bebé me decidí por hacer nuestro propio material de fieltro (para poder lavarlos y que fuera un material suave) primero hice un diseño simple en papel que te comparto en este enlace: aquí

Después con ayuda de unas tijeras y una pistola de silicón caliente obtuve estos resultados:

   

Para jugar pongo a mi nena boca abajo en su  almohada de lactancia (en inglés llaman a esto tummy time) y frente a ella las tarjetas, las cambió de posición o volteo con forme voy viendo reacciones en la princesa.

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Pantalones para mi bebé con el patrón Xiana

Lo primero que cosí para mi bebé fue este pantalón: siguiendo el patrón  Xiana de MiMaraMundo   por alguna razón su blog esta como privado, por eso etiquete su página de facebook.

Anteriormente había hecho unos pantalones con este patrón para regalarle al bebé de una amiga, el resultado aquella vez me gusto tanto que me moría por hacer una versión para mi propia bebé.

Así que aproveche un poco el tiempo visitando a la familia en navidad para coser y he aquí el resultado:

Quede tan enamorada de como se veía el pantalón que decidí utilizarlo en su conjunto para salir del hospital.

Tanto el cintillo de la cintura y los puños (no se si se le llama así también en los pies) son largos, por lo que se pueden doblar y le queda por más tiempo. De hecho es de lo poco que aún le queda de su ropita de recién nacida y lo mejor es que va perfecto con sus pañales de tela.

Espero pronto vuelva MiMaraMundo a compartir su blog, para que ustedes también puedan hacer su propia versión de los pantalones Xiana.