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Nuestra historia con el reflujo

El reflujo gastroesofágico es un padecimiento común en los bebés, esto es cuando los bebés regurgitan la leche que han tomado. Todos los pequeñines sacan un poco de leche de vez en cuando y es totalmente normal, aunque algunos lo hacen en mayor medida que otros.

 


Esto lo tenía claro cuando la princesa nació, y verlo con tanta naturalidad hizo que tardáramos un poco en tener un diagnóstico.  Desde que nació sacaba un poco de leche después de cada toma y yo pensaba << Es normal, a todos los bebés les pasa>>, en un principio se lo atribuimos a nuestra inexperiencia para sacar gases, pero aun cuando mejoramos en nuestra técnica estas expulsiones de leche seguían sucediendo. 

A mediados del primer mes tuvo un vómito más explosivo y en esta ocasión incluso salió por su nariz. Ésta fue la primera vez que prendimos nuestras alarmas, pero decidimos tranquilizarnos y mantenerla en observación constante (no les miento, hice una bitácora en la que anotaba la hora de las tomas, lo que yo comía y si ella presentaba vómitos). Aun cuando seguía sacando leche después de cada toma, no volvió a tener un vómito tan exagerado hasta un día antes de su consulta del primer mes.

Era un sábado y yo estaba sola con la bebé (de las primeras veces que nos quedábamos solas) y mientras las cambiaba tuvo otra vez un vómito explosivo pero esta vez note un color amarillo. Lo consultamos con su doctora y ella lo vio como un episodio aislado, es decir, la niña seguía creciendo y no presentaba llantos incontrolables, descartando así un problema grave. Aun así nos pidió mantenerla en constante observación.

Todo continuó con normalidad (o lo que yo pensaba debía ser lo “normal”)  hasta que una noche, mientras la acostaba, tuvo otro vómito explosivo y en apenas un par de minutos otro más pero de forma violenta. Preocupados, llamamos a la pediatra, eran las 12:00 am y nos dijo que aún cuando casi cumplía los dos meses (literalmente le faltaban dos días) sospechaba del píloro y pidió que de manera urgente le hiciéramos una serie gastroduodenal. Entonces nos dio la opción de internarla o esperar esa noche en casa, decidimos esperar en casa con el entendido que si volvía a vomitar correríamos a urgencias sin consultarle nada. Durante la llamada no me explicó mucho sobre lo que sus sospechas significaban y tuve que recurrir a San Google (NO LO HAGAN NUNCA), quedé aterrada con la idea de que podría terminar en una sala de operación.

Llamamos al hospital en ese instante y nos hicieron una cita para el día siguiente a las 9 am, el detalle es que nos pedían la bebé tuviera un ayuno de seis horas. Ella ya se había dormido y en ese entonces dormía de corrido de 10pm y despertaba a las 6 am, así que para que no pasara tanto tiempo sin comer la desperté a las 3 am. Comió por apenas un par de segundo y volvió a quedarse dormida y aunque le insistía no logré que siguiera comiendo. Despertó a su hora habitual, esperando prenderse al pecho como siempre lo hacia y ahí comenzó el martirio, ella queriendo comer y yo sintiéndome horrible por no poder atender a su necesidad.

Después la larga espera llegamos al hospital y realizaron la serie, es una radiografía en la que se examina el esófago, estómago, etc. utilizando un líquido de contraste. Pasaron apenas segundos cuando la bebé ya estaba devolviendo todo el líquido. 

El estudio nos ayudó a descartar problemas con el píloro y esa misma mañana se le diagnosticó un reflujo grado tres. Considerando que existen cuatro niveles de reflujo, se trataba de uno alto.  Se le controló con medicación y, además de cambiar ciertas acciones como dormirla en una almohada antireflujo y mantenerla en vertical mínimo 30 minutos después de haber comido (una verdadera pesadilla en las tomas nocturnas), a los 15 días pudimos ver resultados, nuestra niña dejó de vomitar y fue increíble darnos cuenta que lo que siempre vimos como “normal” simplemente no lo era. 

A los siete meses hicimos pruebas dejando de darle el medicamento y lo había superado al 100% .  No imaginan mi alegría cada que la escucho eructar y no expulsa leche.  Quisiera aclarar que nunca dejamos la lactancia, no hace falta dejar el pecho para cambiar a una leche hidrolizada.

Hoy quise platicar mi experiencia con el reflujo de la princesa, porque por ahí puede haber unos padres primerizos pasando por lo que nosotros vivimos.  A mi me hubiera reconfortado saber que es un padecimiento que se supera sin grandes complicaciones en la mayoría de los casos y que el mundo no termina una vez le haces frente a ese diagnóstico. También me hubiera encantado que alguien me hubiera abierto los ojos en aquellos primeros meses, algunas cosas “extrañas” pueden ser normales con los bebés pero debemos tener cuidado de normalizar todo lo que pasa con nuestros hijos. 

 

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Libros para acompañar mi maternidad

Una frase clásica es: “Los hijos vienen sin un manual de instrucciones” y aunque en esencia esto es cierto, no tenemos porque hacerle frente a la paternidad sin armas, y de acuerdo al tipo de crianza por la que te inclinas seguro puedes cobijarte en el libro de algún experto. Hoy quiero hablarte de los libros que por el momento he leído (o estoy leyendo) y han sido para mi una guía lúcida para mi proceso de crianza.


  • Bésame mucho – Carlos Gónzalez: confieso que lo leí en mis tiempos de maestra y me enseño a tratar a los niños con amor y respeto, ahora como madre lo interiorizo aún más: si mi bebé llora es porque me necesita. Es toda una filosofía que me ayudó a visualizar a la crianza con apago como algo que va más allá de una lista de cosas, ya saben: colecho, lactancia, porteo y la lista continúa. Pero no es eso (aunque es fácil sentir afinidad cuando lo vemos todo desde el respeto a nuestro hijo), es más bien la forma respetuosa y llena de cariño con la que dirigimos la crianza de nuestro pequeños.
  • Paternidad libre de gritos – Hal Edward Runkel: El sistema Scream Free nos invita a moderar nuestras reacciones emocionales y mantener la calma, teniendo consciencia que a la única persona que podemos controlar es a nosotros mismos. Durante los primeros capítulos nos piden observar cómo cuando un estudiante reprueba una materia está más preocupado por como lidiar con sus padres que en buscar una solución, todo sería más fácil con padres menos reactivos, reprobado ya esta, la cuestión es ¿cómo solucionarlo? ¿qué piensa hacer? Busqué este libro porque como maestra recibí una capacitación en educación libre de gritos y realmente hubo un parte aguas en mi práctica al poner el foco rojo en mi, después descubrí que el movimiento scream free había iniciado en la paternidad y no pude evitar leerlo.
  • Ni Rabietas, Ni conflictos – Rosa Jova: Va muy de la mano a los libros anteriores, en este libro se analizan las principales causas de conflictos entre padres e hijos (principalmente las que vienen después de los tan esperados dos años) y propone alternativas para la resolución de estos problemas de una forma pacifica.
  • Dormir sin lagrimas – Rosa Jova: De este libro ya les había comentado antes, llego a mí cuando mi niña llego a la crisis del sueño con sus recién cumplidos 4 meses, en ese momento paso de dormir la noche completa a despertar un par de veces. Me ayudó a entender el sueño infantil como un proceso natural del desarrollo, es cuestión de como padres tener paciencia y acompañarlos de una forma oportuna, sin entrenamientos, ni lágrimas que atentan contra una evolución natural del sueño en los niños.
  • El niño ya come solo – Gill Rapley: esta autora fue la que acuñó el termino Baby Led Weaning (BLW), así que su libro es un básico para quienes pretenden seguir el método. Como les hablé en la entrada Mi niña ya come sola, para mí, leer este libro fue lo que terminó de convencerme en darle a ella el control de su alimentación.

Leer es una de mis actividades favoritas desde niña y ahora como madre he encontrado en la lectura una forma de sentirme acompañada. Antes leía mientras estaba amamantando, pero últimamente ella esta más activa y leer con la nena en brazos se complica, así que le dedico un rato en las noches.

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25 días para navidad

Estamos a días de iniciar diciembre y pensé sería divertido crear una lista de actividades navideñas para hacer en familia, en el siguiente enlace podrán acceder al archivo para imprimir y tener a la vista de todos:

navidad en familia

Las actividades que seleccioné para ese calendario están pensadas en niños a partir de 3 años, pero como saben, mi princesa con 6 meses recién cumplidos también celebrará su primera navidad, así que ideé otra lista de actividades pensando en la primera navidad del bebé:

La princesa y yo estaremos cumpliendo la lista de #laprimeranavidaddelbebé y compartiré nuestros resultados en Instagram (no olvides seguirme en Instagram, da clic aquí). Después quizá haga una recopilación para publicar en el blog. Busqué que las actividades fueran sensoriales o dejen algún recuerdo para las navidades subsecuentes. ¿También tienes un bebé a punto de celebrar su primera navidad? Únete a nosotras cumpliendo esta lista de actividades y usa el Hashtag #laprimeranavidaddelbebé

La Primera Navidad del Bebé

  1. Presentarle el árbol de navidad, las luces y toda la decoración.
  2. Hacer un colgante para el árbol con masa de sal y pintura
  3. Conseguir un pijama o atuendo navideño
  4. Jugar con botellas sensoriales navideñas
  5. Cantarle villancicos
  6.  Jugar con cascabeles
  7. Decorar un plato navideño imprimiendo sus pies con pintura
  8.  Sentir las texturas de diferentes objetos navideños
  9. Dejarlo experimentar con pintura y una hoja de papel dentro de una bolsa hermética y después de que seque pegar una figura navideña con papel negro
  10. Visitar algún lugar decorado de forma navideña
  11.   Sentir nieve (espuma para rasurar) con sus pies
  12.  Colocar en la parte superior de una caja de cartón luces de navidad y dejarla  experimentar con ellas
  13. Jugar con hielo
  14. Leerle el cuento de Rodolfo el Reno usando un títere de calcetín
  15.  Imprimir Flash cards de objetos navideños y presentarlas
  16.  Escuchar una melodía del cascanueces
  17.  Fotografía con Santa Claus
  18.  Esconder luces de navidad de colores bajo una sábana blanca y colocar al bebé sobre ésta
  19.  Jugar con árbol de navidad y figuras hechas de fieltro, pegando y despegando las figuras
  20.  Jugar con bolsita sensorial que incluya diamantina y figuras navideñas
  21.  Exploración libre con pintura en una hoja de papel que tenga un árbol de navidad marcado con cinta masking tape
  22.  Utilizando la huella de sus manos o pies hacer una manualidad navideña
  23.  Escribirle una carta al bebé sobre lo que significa para todos tenerlo durante navidad, cómo ha cambiado la vida de la familia desde que llegó y lo que deseamos para él o ella
  24. Tomar una fotografía familiar frente al árbol de navidad
  25. Disfrutar junto con nuestro bebé su primera navidad

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Aquí pueden descargar el calendario adaptado para toddlers:

Calendario de navidad toddler

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Mamá también se enferma

El cambio de temporada viene acompañado de una gran variedad de enfermedades, especialmente respiratorias, y aún cuando quisiéramos, las mamás no estamos exentas de contagiarnos.

Hace unos días comencé a sentir una molestia en mi garganta y después de trabajar en una incubadora de virus (alias “el preescolar”) sabía perfectamente como se sentían los primeros síntomas de faringitis, así que inmediatamente corrí al doctor quien me confirmo el diagnostico: estaba apenas iniciando con una infección en la garganta.

Al ser mi primer enfermedad como mamá, las dudas se hicieron presentes: ¿Podré tener el reposo indicado? ¿Cómo continuar con la lactancia y no afectar a mi bebé? ¿Y si ya la enfermé? Entre ese mar de dudas la información como siempre fue mi aliada y te quiero compartir lo que estuve leyendo sobre cómo continuar con la lactancia y recuperarse de una enfermedad.

Lo primero es saber que tu bebé ya estuvo expuesto al virus, es decir, antes de que presentaras los síntomas que te hicieron dar cuenta de la enfermedad, viviste un periodo de incubación, así que no descartemos la posibilidad de que también enferme. Si es un niño que puede comunicarse puede que exprese verbalmente sus molestias, pero si, como en mi caso, se trata de un bebé pequeño, serás tú quien deba estar atenta a su cambios de conducta o posibles reacciones (llanto incontrolable, fiebre, etc.).

La mayoría de los medicamentos son compatibles con la lactancia, en la página http://www.e-lactancia.org puedes revisar si el medicamento que te recetan es seguro o no. Yo antes de salir del consultorio le dije al doctor que revisaría la compatibilidad de todo lo recetado, aclarando que no es por dudar de él sino para estar segura. Finalmente confirmé que todos los medicamentos eran totalmente compatibles con la lactancia. Si no fuera el caso y alguna medicina fuera incompatible, como seguía en el consultorio el doctor podría cambiar la receta.

El único cambio que hice fue que durante los primeros días alimentaba a mi bebé utilizando un tapaboca, para evitar seguir exponiéndola al virus.  Cuando mamá se enferma su cuerpo trabaja para salir de la enfermedad  y al amamantar estamos pasando estos anticuerpos al bebé (¡punto para la lactancia!).

Sobreviví a mi primera enfermedad como mamá. El descanso ayuda a recuperarnos pronto y ya sé, como mamá el descanso parece algo utópico, pero aunque no podemos pasar el día en cama, establezcamos prioridades: que la casa espere; en estos días somos sólo mi bebé y yo.

Esperamos que la primera enfermedad de la princesa tarde todavía en suceder.

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Organizando mi casa

Siempre he sido un desastre para organizarme, les juro que he hecho de todo: conocí un poco de gurú de organización Fly Lady y comencé a aplicar algunas cosas en mi vida, como intentar siempre dormirme sin platos sucios, pero no fue suficiente.

Después compre una agenda de organización para las tareas del hogar, en mi casa organizada y me funciono hasta cierto momento. Como tenía el agenda impresa y no siempre tenía tiempo de revisar qué tareas del hogar tocaban cada día, así que inevitablemente comencé por dejar tareas rezagadas.

Terminé leyendo “La magia del orden” de otra gurú: Marie Kondo y quedé fascinada con el minimalismo, así que comencé por hacer limpieza de mi closet y doblar cada cosa como  ella lo señalaba en su libro. Aunque en esencia continúo guardando así mi  ropa, mi closet no esta tan ordenado como en un principio.

Ahora con una bebé menor a seis meses el caos regreso a mi vida, así que me vi obligada a idear mi propio sistema de organización para las tareas de hogar pero con un toque Geek:

1. Escribí en una lista todas las tareas del hogar que debo hacer: desde limpiar el baño hasta limpiar el horno. Tengo ciertas actividades que yo considero el mínimo para que la casa funcione (lavar platos y dejar la tarja limpia por ejemplo) y las divido en las rutinas de mañana y noche.

2. Le asigné una frecuencia a cada tarea del hogar.

3.  Utilizando el Google Calendar, distribuí mis actividades:

El calendario de Google se puede editar desde el celular o desde una computadora y lo mejor de todo es que existe la opción de que mande notificaciones cuando tenemos una tarea asignada para ese día, así no lo olvido.  Puedes tener más de un calendario y esto permite que puedas visualizarlos por separado.

Sin duda, aún me queda camino por recorrer en el arte de la limpieza y la organización pero vamos avanzando.  ¿Qué te parece? ¿Conoces alguna otra aplicación que nos pueda ayudar con las tareas del hogar?

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Mi pañalera perfecta

Hace un par de meses grabé un vídeo en mi canal de YouTube de lo que llevo en mi pañalera con mi bebé recién nacida, estos primeros meses de maternidad me han servido para crear mi propio sistema de organización para lograr MI pañalera perfecta: La clave esta en pensar en las principales necesidades, tanto tuyas como de tu bebé y con base en eso, ir incluyendo los artículos que necesitan para satisfacerlas. A continuación te presento la manera en la que yo acomodo mi pañalera, basada en nuestras necesidades:

Dónde organizar todo

  1. Mi pañalera es tipo mochila, es muy espaciosa y además me permite llevar mis manos libres.

Lo que llevaría en mi bolsa

2.  Evidentemente ya no cargo con una bolsa de mano, así que en mi pañalera incluyo mi billetera con todas mis identificaciones, dinero y tarjetas. También en esta categoría van mis llaves y celular aunque no aparecen en la foto.

Para el cambio de pañal

3. Toallitas húmedas: A mi me ha funcionado bien esta bolsa con cierre hermético para mantener las toallitas humedas y además ahorrar espacio porque no tengo que cargar el paquete completo.

4. Pañales:  Como saben, utilizamos pañales de tela y sinceramente no implican mucho más trabajo incluso al salir. Normalmente cargo de 4 a 6 pañales, dependiendo del tiempo que duraremos fuera de casa.

5. Wetbag: Es la bolsa en la que regreso los pañales sucios a casa, es impermeable y además no permite que los olores se propaguen fuera de la bolsa.  Con pañales desechables también existen bolsitas de plástico para que al tirarlos mantengan los olores lejos de las demás personas que visiten el baño.

6. Cambiador:  El mío es un plástico simple y fácil de limpiar para mantener a mi bebé lejos de los cambiadores públicos.  Lo ideal es que sea lo más portátil posible.

7.  Gel desinfectante: perfecto para cuando no hay lugar para lavar mis manos.

Cambio de ropa

8. Suéter:  este lo pongo más a la mano que el resto de sus cambios porque puede necesitarse en cualquier momento.

9. Bolsa con cambios: es una bolsa con doble cierre y de un lado pongo un cambio completo para ella (incluyendo calcetines y gorrito) y del otro lado una playera limpia para mi, por si cualquier cosa pasara.

Cargar al bebé

10. Fular: portear a la bebé nos ha parecido lo más cómodo y entre las ventajas del fular es que los podemos guardar incluso en la pañalera. El fular elástico tiene caducidad (una vez que ella pese 9 kilos) y nosotros nos estamos acercando, hemos comenzado a explorar opciones de cargadores ergonómicos y espero pronto compartirles cuál fue nuestra decisión final.

Alimentación

11. Mandil de lactancia: Dependiendo del lugar, utilizo mi mandil de lactancia o no. En ocasiones también llevo uno o dos biberones con mi leche extraída (dependiendo de si la bebé se quedará con alguien más) y en unos meses será necesario guardar también algún snack.

Entretenimiento 

12. Juguetes: Han empezado a interesarle los juguetes y mordederas a la princesa, así que ahora no podemos olvidar traer con nosotros algo para entretenerla.

Higiene y Salud 

13. Botiquín: En su botiquín cargamos con medicinas básicas para ella, un termómetro, toallitas de alcohol, una perilla y agua salina para descongestinar su nariz, cortauñas, una muestra de crema contra rozaduras, crema corporal y para mi: lanolina, protectores de lactancia y pasta de dientes (estoy pensando en incluir un cepillo portátil y un desodorante de viaje).

 

Si tu también quieres armar tu pañalera, piensa estás áreas y lo que incluirías para tener las necesidades de tu bebé y tuyas cubiertas, es decir, en alimentación a mi me viene bien tener a la mano mi mandil de lactancia pero para otras familias sería mejor incluir un termo con agua y alguna fruta picada, por otro lado con mi bebé recién nacida no hacia falta llevar juguetes porque no les ponía atención. Algunas personas guardan siempre una manta o cobija, a mi me resulta más fácil tener eso en el carro, como ves la pañalera perfecta dependerá de cada familia y sus necesidades.

 

 

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Volar en avión con un bebé de 3 meses

Mi familia vive a casi 2,000 km de distancia y yo procuro visitarla un par de veces al año. Me moría de nervios de pensar en el primer viaje de avión con la bebé y  por fin con tres meses recién cumplidos ha sucedido.

Comenzamos a planear el viaje en marzo, yo tenía al rededor de seis meses de embarazo y ahí apareció mi primer duda ¿puedo comprar un viaje para un bebé no nacido? Pregunte en dos de las aerolíneas de mi país y ambas tenían la misma respuesta: compra el boleto, y ya que el bebé haya nacido llamas a la aerolínea para agregar un infante (este es el nombre que reciben los menores de dos años en las aerolíneas). La compañía de más bajo costo me pedía pagar para poder viajar con mi bebé (y aún así seguía sin tener su propio asiento y sin derecho a equipaje) también sería necesario adquirir una maleta para documentar porque la tarifa más básica no la incluye. Sacando cuentas no salía tan barato y por eso me fui con quienes su boleto ya contemplaba todo eso.

A los días que nació mi bebé llame y dije “quiero incluir un infante en mi reservación” en cuestión de minutos ya tenía un nuevo correo de confirmación que ahora incluía el nombre de mi bebé.

Semanas antes de mi vuelo envíe por correo terrestre una caja con mi ropa y algunas otras cosas bultosas como pañales; el correo tradicional aunque es tardado es muy económico. Los bebés no tienen derecho a equipaje  y de esta manera pude ahorrar algo de espacio en la maleta que incluía el boleto. Obviamente esto no es opción si no se viaja a un lugar donde alguien de confianza pueda recibir las cajas y tal vez tenerlas guardadas algunos días.

El día del vuelo ambas íbamos vestidas con ropa cómoda. Yo llevaba una blusa de lactancia para estar más preparada para los momentos en que le tocara comer, aún así llevaba algunas onzas de leche extraídas por si acaso el hambre voraz se venía en un momento en el que no podíamos quedarnos sentadas. Como viajera frecuente estaba acostumbrada al límite de 100 ml en líquidos, pero los alimentos de bebés no se rigen bajo esta norma, así que puedes llevar una botella con la cantidad de leche que ocuparía un bebé durante su viaje. Es decir, puedes viajar con 30o ml de leche o más sin problemas, siempre y cuando el bebé este viajando contigo.

Para cargar a mi bebé, el fular fue mi mejor amigo, así podía llevar las manos libres para arrastrar la maleta y ella estaba contenta y siempre a mi lado.

La recomendación principal durante el vuelo sería: tener paciencia, los bebés son impredecibles. Yo me hice aliada del chupete durante el despegue y aterrizaje, aunque darle el pecho hubiera funcionado también para mantenerla tranquila y evitar que se le taparan los oídos.

Después de tanta expectativa, sobrevivimos a su primer viaje en avión. Durmió casi todo el camino, y aunque yo iba preparada con algunos juguetes (hace muy poco le empezaron a interesar), videos y canciones, al final lo único que necesitó fueron mis brazos.

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El embarazo debería durar 12 meses: el cuarto trimestre

Hemos sobrevivido al cuarto trimestre, sí la princesa ya tiene tres meses (de hecho falta poco para que llegue a los cuatro meses). Existe la teoría de que los bebés humanos nacen antes de tiempo y que nuestra gestación debería ser 12 y no de 9 meses, pero si llegaran a un término completo se dificultaría mucho el parto.

En el libro “El bebé más feliz del barrio” Harvey Karp expone esta idea, si no fuera por este nacimiento prematuro nuestra especie no podría desarrollar un cerebro tan grande y fabuloso como el que tenemos.

Sobrevivir al cuarto trimestre es un gran logro en el camino de la maternidad, ya no tienes a un recién nacido en casa y has pasado el periodo de mayor riesgo para la muerte de cuna (que no quiere decir que ya estemos fuera de peligro), empieza a tener mayor movilidad al estar acostado de espalda al suelo hace intentos por voltearse.

Después de vivir esta etapa con mi propio bebé puedo entender a Karp, definitivamente sí existe un último trimestre fuera del vientre materno y nuestros pequeñines sí que extrañan estar dentro de mami, en los primeros días y meses la princesa quería estar todo el tiempo sobre mí, de cara al pecho ahora se ha percatado que en la casa hay cuadros, que en las tiendas hay cosas de colores, incluso que sí no duerme en el coche puede ver los espectaculares pasar por la ventana. Un recién nacido nace desconectado del mundo y gradualmente comienza a percatarse que no está solo para convertirse en un ser sociable.

Cuando los bebés nacen únicamente requieren se les auxilie con sus necesidades básicas: lloran cuando tienen hambre, necesitan cambio de pañal, sueño, etc. Un día mi bebé empezó a llorar porque quería verme frente a ella, ese día me di cuenta que estaba dejando atrás la etapa de recién nacida.

La maternidad es una serie sentimientos encontrados; cuando era una bebé pequeña soñaba con que llegará el día que pudiera tranquilizarla cantando o hablándole, ahora añoro ese tiempo en el que su momento especial era sentirme piel con piel. Cada día es un aprendizaje, es un paso a una nueva etapa y es dejar atrás otras.

No trates de adelantar etapas, trata de disfrutar cada una de ellas, guarda cada momento en tu mente y en tu corazón.

 

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Duérmete niña, duérmete ya

Cuando estábamos embarazados (lo digo así porque el embarazo es un asunto de pareja y no sólo de la mamá), todo mundo nos aconsejaba <<Duerman mucho ahora que pueden>> y siempre pensábamos ni que el el sueño fuera acumulable, es decir, no nos veía diciendo <<Otra noche sin dormir, bueno no hay problema, aun tengo parte de las reservas de sueño que juntamos en febrero>> más bien el consejo que deberían darle siempre a los futuros papás sería algo así como <<Vayan aprendiendo a funcionar con pocas horas de sueño>>, o <<¿Ya empezaron su “Sleep training”?>> eso sí que tendría más lógica.

Cuando la princesa nació, ella dormía bien (considerando que era una recién nacida), se despertaba cada 3 o 4 horas a comer y seguía durmiendo, pero nosotros “totalmente primerizos” habíamos perdido el sueño las primeras noches, nos turnábamos para verla respirar. Después de escuchar tantos cuentos de terror sobre la muerte de cuna no queríamos que algo así pasará con nuestra bebé. Poco a poco fuimos bajándole a nuestras ansiedades y disfrutando de los momentos en los que nos permitía dormir.

Llegando a finales del primer mes, la bebé empezó a dormir toda la noche, dormía de 10 a 6 y sólo podíamos pensar “nos sacamos la lotería de los bebés”. Por esas fechas nos encontramos a otros papás primerizos del mismo curso psicoprofiláctico al que habíamos ido, su bebé era sólo un día más grande que la nuestra y quedaron sorprendidos cuando dijimos que la bebé dormía la noche entera de un tirón, la otra mamá pregunto angustiada <<¿Pero es de lactancia?>> cuando respondí afirmativamente, pude ver una cara de angustia y me apresuré a responder <<ah bueno pero se duerme tarde, acuérdate que es el dormir es un proceso no tenemos que cantar victoria tan pronto>> aunque en ese momento ni yo me lo creía, solamente lo comenté para tranquilizarla y porque no me quería ver convertida en ese tipo de mamá que tanto odio, ya saben, las “mi hijito ya lo hace, ¿a poco el tuyo no?”.

Llegando al final de los dos meses, de golpe cambio sus hábitos de sueño. De dormir tantas horas, empezó a despertar y pedir atención cada par de horas. Papá Geek me preguntaba preocupado <<Ahora ¿qué le pasa? ¿Estará bien?>> , yo se lo atribuí a la famosa “Crisis de los tres meses” y que todo era parte de su desarrollo normal. Me sentí muy aliviada cuando leyendo el libro de Rosa Jove “Dormir sin lagrimas” , decía (cito textualmente) (…)Muchos padres creen que su hijo ya siempre será así (dormirá por muchas horas) , pero hacia los tres meses el sueño se aligerará(…)  cuando leí esto me vi obligada a leerlo en voz alta, de alguna manera saber que lo que sucede es “normal” nos dio tranquilidad.

En esta última semana, los despertares nocturnos han disminuido considerablemente, parece como que empieza a sentir sueño llegándose la “hora de dormir”, pero no significa que dormirá ahora sí para siempre las noches completas (ni siquiera yo lo hago), a continuación escribiré algunas cosas que nos han facilitado este aprendizaje:

  • Ser conscientes como papás que el sueño es algo gradual y llegará el día que duerma tranquila, es decir, no desesperarnos ni confiarnos sí un día duerme más.
  • Reconocer que los adultos también tenemos mini despertares, sólo que no necesitamos ayuda para volver a dormir, algún día ella también podrá gestionar estos despertares.
  • Colecho, nosotros hacemos colecho pero no en la misma cama, ella tiene su cunita pegada a nuestra cama y así podemos reaccionar mas rápido si llega a necesitarnos de madrugada. Pareciera que estamos sincronizadas, cuando se despierta, termino por despertarme también aún sin que ella llore, supongo que si estuviera en una cuna aparte no podría darme cuenta tan rápido que ha despertado. Si la noto inquieta le ofrezco el pecho y si no esta inquieta le doy su espacio, en muchas ocasiones sólo se estira y vuelve a dormir (esto es parte de dejarla gestionar sola su sueño).
  • No es una novedad que los bebés se duermen con los movimientos repetitivos, como acunarlos en brazos o con la ayuda de una mecedora.  hace tiempo se hizo viral un vídeo que mostraba la técnica de pasar un trapito de manera constante sobre la carita del bebé. Para dormir a mi bebé hago círculos con mi dedo en su frente o palmaditas suaves en su pecho, esta última técnica la aprendí de una asistente en un grupo de maternal, los niños tenían hora de siesta y de esta manera dormíamos a todos muy rápido.
  • El ruido blanco y los sonidos de latidos de corazón se han convertido en nuestros aliados a la hora de dormir, incluso nos relajan también a nosotros.
  • Un baño tibio y un masaje antes de dormir nos funcionan perfecto después de días pesados, aunque muchos hablan de armar una rutina rígida para dormir que incluya estos elementos, hemos pensado que es mejor tener una rutina flexible porque es posible que al estar tan acostumbrada a su baño siempre a la misma hora, si una noche no podemos hacerlo podría ponerse un poco irritable.
  • Canciones de cuna, esta bien, tengo que admitir que las canciones de cuna (al menos con mi bebé) no funcionan para dormir, pero le sigo cantando porque me parece una forma muy linda para fortalecer el vinculo mamá-bebé.

 

 

 

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En qué debes fijarte para seleccionar la silla del coche

Tengo que confesar que cuando buscamos nuestra silla de coche, yo no investigue nada de nada, esa tarea se la quedó papá geek y vaya que se la tomó en serio. Después de una ardua investigación él decidió que compráramos la Graco 4ever y así fue.

Después fue necesario comprar otra silla para usar en el carro de la abuela y entonces empezó el predicamento ¿En qué me debo fijar? siendo una silla secundaria el presupuesto era mucho menor, pero debía ser igual de segura. Esta vez me involucré un poco más y aún cuando para mi la ganadora hubiera sido la que tuviera estampado de Hello Kitty, decidí hacer las cosas correctamente e investigar. A continuación te platico a qué cosas se debe prestar atención para hacer la mejor selección.

1.El tipo de silla

Existen silla tipo nido o huevo que se utilizan con los bebés más pequeños. Existen otras sillas que son convertibles, las todo en 1 o los booster (para niños más grandes), es decir, pueden adaptarse a las diferentes etapas de tu hijo. Cada una tiene sus ventajas y desventajas, por ejemplo, si eliges la tipo nido, es probable que venga junto con la carreola y sea cómodo desmontarla del coche con el bebé dormido (algunos especialistas las consideran más seguras para bebés menores de 9 kilos). Una desventaja es que tendrás que cambiarla relativamente pronto lo que será una nueva inversión.  La decisión dependerá de las necesidades de tu familia.

2.  La regulación 

En México no existe un organismo que se encargue de revisar la seguridad de las sillas. Por tanto para revisar que la silla que nos interesa haya pasado pruebas de seguridad deberemos basarnos en regulaciones de otros países: en Estados Unidos la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad en la Carretera) evalúa que la silla sea fácil de instalar y que el bebé va seguro en ella. Buscar una silla con mayor puntaje puede significar una mayor seguridad.  También podemos encontrar otros autoasientos que fueron evaluados por la norma EUROPA ECE R44/12 que la silla pase la prueba nos habla de que cumple con los requisitos esenciales de seguridad.

3. Peso y altura que aguanta a contramarcha y a favor de la marcha 

Un menor de dos años debe viajar siempre a contra marcha, pero es recomendable duré el más tiempo posible viendo hacia atrás (es decir, incluso que pase toda su edad preescolar de esta forma). Para que lo anterior sea posible, debemos buscar que nuestra silla aguante más a contramarcha, porque una vez que el niño sobrepase los limites establecidos por el fabricante deberá voltearse a favor de la marcha.

4.  Que tenga sistemas de anclaje LATCH 

Este sistema permite que asegures la silla directamente al auto y no al cinturón de seguridad, la ventaja es que resulta más fácil la instalación de forma segura. La mayoría de los carros modernos ya cuentan con este sistema, si tu carro es de antes de 2002, no lo tendrá. Pero no te preocupes, con el cinturón de seguridad puede quedar igual de seguro con un poco más de trabajo.

5. Facilidad de limpieza

Los bebés y niños pequeños son una maquina de ensuciar todo lo que encuentran en su camino, poder quitarle la funda a la silla facilitará su limpieza.

6. Presupuesto

Poderoso caballero es Don dinero, existen sillas seguras para todos los presupuestos, es cuestión de tener en mente cuánto es lo máximo que podemos gastar en nuestra silla y compararlo con las opciones existentes en el mercado.

Después de fijarme en todos estos puntos nos decidimos por la Cosco apt 50 como la silla secundaria. Espero que la información te sea de utilidad para tomar la mejor decisión.